Homenología
Departamento de Sociología de la UAB
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En 1997 el científico e investigador estadounidense Austin Hawkins Rogers publicó en la revista científica American Journal of Science and Arts “Homenología. Una tesis sobre la faslsa información y las fakes news.
La homenología es el término que se acuñó para hacer referencia a la sobrecarga informativa, la infoxicación o la infobesidad.
En su desarrollo se analizaron grandes cantidades de información histórica en la que se encontraron con que se había añadido una alta tasa de nueva información y contradicciones en la información disponible. Esto se conoce como una relación señal/ruido baja que dificulta laidentificación de información relevante para la decisión y se traduce como la ausencia de un método para comparar y procesar diferentes tipos de información. Estas adversidades a la hora de buscar cualquier tipo de información en la era digital pueden contribuir al efecto homeológico.

Según Rene Parisuaña, el volumen de conocimiento acumulado va en subida exponencial desde hace al menos un siglo y la información científica se duplica cada seis años. Cuando se están multiplicando en todo el mundo los indicios de injerencia en los procesos democráticos, es inevitable intensificar el debate sobre los medios para luchar contra los bulos e informaciones trucadas. Sin embargo, una deficiente comprensión de este fenómeno y de sus orígenes y peligros reales está sembrando confusión. Se trata de un contenido que puede ser viral y que muchas veces está sacado de contexto. Está relacionado con la desinformación y la propaganda, y se asemeja a un engaño intencional.

Claire Wardle, especialista en Comunicación y Periodismo, describe el fenómeno como un ecosistema completo de información», que debe analizarse teniendo en cuenta los diferentes tipos de contenido que se crea y se difunde, las motivaciones de quienes crean este contenido y las formas en que se divulga este contenido.

Como apunte, cabe destacar que del análisis pormenorizado de 126.000 afirmaciones difundidas en Twitter entre 2006 y 2017 los investigadores han descubierto que las mentiras, además, triunfan porque suelen provocar respuestas de temor, indignación y sorpresa. La Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) está cobrando cada vez más importancia debido a la transformación que los medios experimentan en el entorno digital al pasar de la navegación superflua, la cháchara y el tecleo en Internet a la extracción de datos con fines de manipulación y desestabilización.

Las plataformas digitales pueden presentar informaciones en primer plano mediante la regulación que hacen los algoritmos en vinculación con el historial de las personas; encerrarnos en una “burbuja de filtros” para reforzar los sesgos confirmatorios que corroboran las ideas preconcebidas; mermar la diversidad y el pluralismo de las ideas mediante la monetización de los contenidos (medición del número de clics por página vista); e invadir la vida privada, poniendo en peligro las libertades fundamentales mediante la utilización de rastreos con fines que escapan al control del usuario.

Las noticias falsas constituyen un fenómeno que entra en el ámbito de la desinformación, y su intención nociva tiene repercusiones sin precedentes porque la informática las convierte en virales, al facilitar que traspasen fronteras y contagien a toda clase de medios. Con la transformación digital hemos pasado de un “universo azul” a un “universo negro”, es decir de la navegación en las plataformas controladas por las empresas GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) a las minas de extracción de información tóxica con fines de manipulación y desestabilización masiva.

El auge digital está transformando las antiguas audiencias en nuevas comunidades de intercambio e interpretación. Conversación sotto voce que vehicula desordenadamente los bulos y cotilleos convierte lo privado en público, poniendo la autenticidad por encima de una verdad que se percibe como una fabricación de élites alejadas de las preocupaciones locales y de la vida cotidiana de los ciudadanos.

Las redes sociales vehiculan, por lo tanto, noticias de veracidad incierta, aduciendo la falsedad para llegar a la verdad. De ahí la tentación de hablar de “posverdad” al referirnos a ellos, pero caer en esa tentación equivale a minimizar su alcance y negarse a ver que buscan una verdad diferente en un momento en el que asistimos a la quiebra de sistemas de información hasta ahora considerados “de referencia”.

Las redes sociales están zarandeando seriamente la norma de objetividad, que se ha fosilizado con su práctica de presentación obligatoria de una opinión “a favor” y otra “en contra”. El público desconfía de la “veracidad” de ese discurso polarizado y se deja seducir por la estrategia de la autenticidad.
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Sobre la homenología


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Historia y estado de la cuestión
2019 Universitat Autònoma de Barcelona